¿Qué tipo de aceite es mejor para nuestra bicicleta?


El mundo de los lubricantes es un lío tremendo. Hay marcas por todas partes, todas te prometen lo mejor y lo más avanzado, claro que también tienen su contrapartida: cuanto más calidad busques, más precio te pedirán. Lejos quedan ya aquellos tiempos en donde el aceite a nuestra bicicleta lo podíamos sacar "de cualquier lugar", incluso usando el aceite de nuestro automóvil o el aceite universal que venía en unas pequeñas bolsitas monodosis (también para uso en piezas de motores).

Hoy en día el mundo de la bici reclama algo más. No es simple lubricación, también es protección ante la corrosión, ante los agentes atmosféricos (la bicicleta es uno de los vehículos más expuestos a la intemperie: todas sus partes están a la vista y sufren el viento, el polvo, la lluvia, el frío y el calor). La decisión por un buen aceite hará que la inversión en los componentes de nuestra bici (y en la bicicleta misma) merezca la pena. No solo alargará la vida de la bici, sino que además nos ofrecerá un manejo más cómodo, confortable y seguro, por lo que conseguiremos mayor provecho de nuestra fuerza al moverla y desplazarnos con ella. Por lo tanto el "asunto" de la lubricación conviene tomárselo muy en serio, y conviene también hacer un esfuerzo en conseguir un buen lubricante, en lugar de obtener uno genérico que no solo acabe por ensuciar la parte a lubricar, favoreciendo la adherencia de elementos externos como motas de polvo del ambiente (que actúan como auténticos abrasivos y que pueden dañar el componente de la bici), sino incluso llegando a hacer que la pieza se deteriore por una lubricación defectuosa.




A un buen aceite, por lo tanto, se le deben exigir tres propiedades principales: una es que lubrique, obviamente. La otra, es que proteja. Y la última es que permanezca. Un aceite debe tener la suficiente consistencia para que no "desaparezca" tras un uso continuado. A la vez, debe ser capaz de crear una película protectora que impida el desgaste de las piezas en movimiento o/y en contacto. Y, por supuesto, debe tener adherencias mínimas para atraer o atrapar suciedad del ambiente.

Como puedes ver, algunas de estas exigencias son en parte incompatibles entre sí, y en esa lucha entre prestaciones y perdurabilidad es en la que se debaten muchos de los fabricantes más punteros en la actualidad.

También hay otra diferencia en cuanto a los aceites usados antiguamente: hace años era el mismo aceite para toda la bicicleta, y tanto se podía usar para lubricar la cadena, platos y piñones, como engranajes y cables. En la actualidad se tiende a usar diferentes aceites según la pieza que queramos lubricar. Hay aceites específicos para la transmisión, y otros, más fluidos, para los cables. Por últimos, hay también grasas y aceites consistentes y perdurables para las zonas de movimiento más duras, como los ejes de las ruedas y bujes.


Sonax es una de las marcas más reconocidas por los profesionales. Aunque está dedicada al mundo del automóvil y de los motores (en su web no encontrarás nada para bicicletas), la distribuye Messingschlager, que sí tiene sección especial para nuestras bicis con todos los lubricantes especializados de Sonax. Incluso puedes descargarte su catálogo (en pdf, aquí). Se trata de una marca de mucha calidad, alemana, y que ofrece una enorme variedad de lubricantes tanto en spray como en botes para aplicaciones con goteo. Posee aceites especializados para cadenas y transmisiones, así como aceite especial (denominado así: "aceite especial Sonax") para el resto de las partes en movimiento de la bici, como son manetas de freno, de cambio, pivotes y sistema de frenado y, por supuesto, cableado. Este aceite, que puedes ver en algunas de las imágenes que acompañamos al artículo, posee un gran poder de penetración, y es uno de los mejores aceites de uso genérico.

También en Sonax disponemos de aceite especial para plásticos, con silicona, que nos ofrecen protección para todos los elementos de nuestra bici que estén hechos de ese material, alargando su vida útil y en cuya formulación no se incluyen ni diluyentes ni agentes aceitosos.

El precio de todos estos lubricantes y fluidos protectores suele estar en consonancia con los ofrecidos por los fabricantes más punteros, es decir, no son precios excesivamente altos (en el catálogo que acabamos de poner puedes ver el precio oficial orientativo de cada uno de ellos).

Otra de las marcas más populares que rivaliza con Sonax en el cuidado y mantenimiento de nuestras bicis es Finish Line. Este fabricante ofrece dos variantes de lubricación principales: el lubricante seco, y el lubricante húmedo. El primero se presenta en un envase con un característico fondo rojo, muy conocido por los aficionados al mundo del ciclismo, y el segundo el fondo es verde. La principal diferencia es que el segundo, el húmedo, está destinado para usuarios que sometan su bicicleta a climas húmedos, barro y agua, o que principalmente sus bicicletas tengan que sufrir la humedad, sea ésta del tipo que sea (¡incluso en almacenamiento!).


Finish Line es de los Estados Unidos, y está muy especializada en el mundo de las bicicletas. La principal ventaja de su lubricante más famoso (el rojo, originalmente denominado "Dry Lube") es su polivalencia, versatilidad y su protección gracias al uso de un polímero de Teflón (fluoropolymer). Ésto forma una capa que protege las partes más delicadas y que más sufren de la transmisión (cadena, platos y piñones) de los agentes externos, colabora -en su nueva formulación- a no atraer demasiada suciedad -uno de los principales problemas de las transmisiones de las bicicletas- y ofrece un recubrimiento como cera que es capaz de resistir hasta los 160 kms. Esto es importante, porque tras ese tiempo debemos volver a engrasar la cadena y, por lo tanto, hacerle el mantenimiento. Es uno de los pocos fabricantes que ofrece este tipo de tiempos de protección de sus aceites, favoreciendo el que tengamos más control sobre el mantenimiento y cuidado de nuestra bicicleta.

El Finish Line Seco también se puede usar en todo el sistema de engranajes (desviador, cambio, incluso sistema de cableado), sin embargo para condiciones de conducción extremas conviene usar el aceite húmedo que mencionábamos antes ("Wet Lube", en su denominación original), de color verde, que es un aceite con más propiedades de protección para transitar por zonas off-road. Eso sí, no tiene la versatilidad de la variante seca.

Por último, para terminar con este repaso a los tipos de aceites recomendados para nuestra bicicleta, no podemos dejar de mencionar la grasa de litio. Aunque atrae la suciedad, al ser grasa impide que ésta penetre dentro de la pieza a proteger en mayor medida que los aceites. La grasa de litio resiste muy bien las altas temperaturas, y también la lluvia, por ello es muy usada en maquinaria de obras públicas y en todo tipo de rodamientos. Hay que tener cuidado porque algunas de las grasas de litio (como la Coupling Grease de Cepsa) incluyen adherentes, que propician, en partes expuestas como la bici, la acumulación de peligrosas sustancias del medio ambiente. Es, por ello, más recomendable utilizar grasa de litio multipropósito, como la de Krafft.


La grasa de litio la podemos aplicar en zonas que queramos proteger pero que no deseemos una penetración de aceite, como pueden ser tornillería (¡cuidado con el afloje, revisar siempre!), rodamientos de la dirección, zona de contacto entre la tija del sillín y el cuadro, centro de bujes y de piñones (en la parte central en contacto con el rodamiento), y en aquellas zonas de contacto metal con metal en general.

Resumiendo, podríamos sintetizar todo lo que hemos explicado hasta ahora diciendo que para un buen mantenimiento desde el punto de vista de la lubricación necesitamos: un buen aceite para transmisión (el mencionado de Finish Line que incorpora teflón es ideal), un buen aceite para cableado y sistemas móviles de la bici (el Aceite Especial de Sonax, por ejemplo) y, por último, una grasa de protección, como la grasa de litio de Krafft. El precio de todo ello no es muy elevado, nos durará cada envase bastante tiempo y, lo que es más importante: mantendrá nuestra querida bici en las mejores condiciones durante muchos años.

| Redacción: Revista Bici

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