Simular envejecimiento en nuestra bici


La llegada del verano no es buena época para la bici. No me estoy refiriendo a que sea porque se usen más y porque estos vehículos "sufran más", sino porque son los meses donde -obviamente -más bicicletas se roban. Una buena estrategia para intentar mantener a los "amigos de lo ajeno" fuera de nuestra bici, aparte de dejarla en sitios seguros etc., es intentar que, al menos en apariencia, la bici no les resulte muy "agradable a la vista". O sea: que no les compense demasiado el riesgo de hurtarla con el valor de la bici, por ser ésta muy "cochambrosa".

Y para eso una solución puede ser "envejecerla" nosotros, simular no solo que está deteriorada, sino incluso oxidada.




Por supuesto, hacer esto supone sacrificar la estética de la bici y su apariencia (aunque por debajo continúe estando nuevecita), así que si te gusta tu bici por su estética y acabados, pues no lo hagas.

En mi caso no tengo ese problema, ya que no tengo una marca de bicis (ni de coches) que se pudiera considerar "mi favorita", y la bici la quiero por su practicidad, de manera que "enfearla" me da igual si veo que me compensa y que lo puedo ahorrar en disgustos.

Lógicamente no estamos hablando de que tengas que oxidar o deteriorar tu bici adrede, simplemente que le des la apariencia de bici vieja y ya muy usada. Un ladrón,ante varias bicis aparcadas, elegirá la de mejor marca y estado, y si la tuya parece ya muy deteriorada ni siquiera se molestará en correr el riesgo de robarla, y se irá a por otra.


La "técnica" que he empleado para envejecer mi bici la he tomado inspirándome en los trabajos de modelismo, ya que hay algunas personas que envejecen de una manera parecida sus artículos a escala para darles apariencia de usados.

Por supuesto, podemos adquirir pinturas especiales para este menester, pero aparte de ser caras tenemos el inconveniente del peso, y ponerle medio kilo de pintura a una bicicleta que al final vas atener que ir cargando tú, no me parece la solución más inteligente. De manera que, en mi caso, elegí algo más económico y ligero: dos rotuladores de tinta indeleble, o sea: permanentes.

He utilizado dos técnicas para dos acabados diferentes y, por ello, he usado también dos rotuladores distintos. Uno de ellos es plateado, y el otro es bronce metalizado (los dos son metalizados).


El plateado lo usé para dotar a la bici de un aspecto desgastado, dándole la impresión de que el metal estaba apareciendo y que la capa de pintura original se estaba yendo, como si fuera una bici muy usada. Para ello, pinté las superficies más grandes (los tubos horizontales y verticales del cuadro) con el rotulador plateado. Esto es conveniente hacerlo en un sitio ventilado puesto que, aunque parezca que no huele, cuando vas pintando mucha superficie sí emite mucho olor y, además, es tóxico.

Tras dejarlo secar le he ido pasando una lija sobre los tubos, haciendo más énfasis en las zonas más amplias y menos por los bordes y esquinas. La lija que uséis es muy importante, porque aunque no haya problemas de oxidación (el aluminio no se oxida) si rayáis la pintura de debajo os quedarán unos arañazos muy desagradables. Yo elegí lija P120, que es la que os recomiendo.


Una vez terminado este proceso podéis pasar a la fase dos: simular oxidación. Para ello yo usé el marcador color bronce (¡no dorado!) y se lo fui aplicando por las zonas donde suele aparecer el óxido: uniones y soldaduras. Pero esta técnica es diferente, aquí no debéis usar la lija puesto que, al haber la zona de soldadura y tener estas partes con aristas, podéis pulir parte de la soldadura e incluso debilitando la resistencia estructural del cuadro si os pasáis. De manera que cuidadito.

Lo que hice fue, con un pañuelo de papel arrugado en una mano y el rotulador permanente en la otra, pintamos una pequeña zona dandole con el rotulador varias pasada, y luego, antes de que se seque, frotamos con el pañuelo para simular que el óxido se ha "corrido" desde el punto de aparición en la unión. Con un poco de práctica podréis ir haciendo diversas pasadas, dejando secar más o menos tiempo la pintura y así obtener diferentes intensidades. Si os equivocáis y "os salís" con el rotulador del sitio que queríais "oxidar", volved a pintar sobre él, y la nueva pintura irá deshaciendo la anterior y podréis frotar con el pañuelo para aclararla. Yo también "oxidé" partes del manillar, ya que impresiona bastante el óxido en esa zona.

Con esto no es seguro que no os vayan a robar la bici, pero espero que sí os sirva para que tengáis más posibilidades de que cuando vayáis a buscarla siga estando vuestra bicicleta en el lugar donde la dejasteis.


Nota: también tienes la opción de elegir pintura de uñas, con lo que conseguirás zonas "oxidadas" más intensas. Pero en este caso no dejes secar demasiado la pintura plateada o te costará luego mucho lijarla. Elije un color bronce mate, no perlado, y un gris plateado. ¡Ah!, y por cierto, si te cargas la apariencia de tu bici o destrozas su estética no me culpes a mí, te lo advertí antes.

| Redacción: RevistaBici.blogspot.com

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