¿Trekking o Mountain Bike?


Un gran número de personas que compran bicicletas de montaña (BTT o MTB) en realidad no les van a dar el uso para el que están pensadas y diseñadas, por lo que en muchas ocasiones acaban decepcionados e incluso llegan a renegar de sus bicis. El principal problema es la falta de asesoramiento y el desconocimiento.

En el mercado existen dos tipos principales de bicicletas: las de montaña, y las de carretera. Pero entre ellas cohabitan todo un universo de variantes menos conocidas pero igual de importantes: urbanas, mixtas, fixie, de descenso, de nieve (fat bike), etc. Elegir el modelo y concepto adecuado dependiendo del uso que le vayamos a dar es vital para nuestra comodidad y satisfacción.




Por el uso de un gran número de usuarios, para ellos les sería más adecuadas las bicis urbanas, mixtas o de trekking. La razón es obvia: una bicicleta de montaña es muy útil campo a través, en zonas pedregosas y caminos sin asfaltar, pero en cuanto tocan el asfalto sus bondades caen en picado: las cubiertas de tacos agarran muy mal en asfalto, y las llantas son tan anchas y voluminosas que desperdiciaremos mucha energía solamente para vencer su fricción contra el asfalto. Así, no solo no podremos conseguir altas velocidades con ellas o una buena aerodinámica, sino más importante aún: nuestra seguridad se verá seriamente comprometida con las primeras gotas de lluvia, o en suelos con arenas y barrillo (tan habitual, por desgracia, en las cunetas y arcenes).

Por si todo ello fuera poco sus ruedas, habitualmente de 26", no aprovechan tanto la energía cinética como las ruedas de 27,5 o 28, por lo que encima andaremos menos.

Las bicicletas de trekking, sin embargo, son mucho más aptas para un uso mixto. Nos permiten tanto desplazarnos por la ciudad, como recorridos interurbanos, gracias a su mezcla de bici rodadora y maniobrable. Sus llantas y cubiertas nos permitirán también hacer algunos pinitos y travesías por zonas con asfalto en malas condiciones, o incluso por sendas sin asfaltar, al ser más anchas y con una superficie de agarre mayor que las bicis de carretera.

Dentro de este tipo de bicicletas conviene tener en cuenta las diferentes variantes que podemos encontrar, dependiendo del fabricante. Algunos nos ofrecen modelos para rodar en carretera, como la Sub Evo de Scott, mientras que otros tienen modelos más todo-terreno, como la Sportster, también de Scott. Unas no llegan a ser una bici de carretera, y la otra no llega a ser una MTB, pero ofrecen características diferentes que, para muchos usuarios, puede que tengan muchas más ventajas que irse directamente a por una MTB, la cual pocas o ninguna vez va a ver los montes y montañas para los que están pensadas.

| Redacción: Revista Bici

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