Nunca fui supersticioso, pero hay cosas que sí resultan bastante extrañas, aunque yo lo achaco más a una suerte de casuales fatalidades que al fetichismo. Sea como fuere, es cierto que últimamente hay una rara moda por las bicicletas negras, los fabricantes parecen verse asombrosamente atraídos por ese color y suelen utilizarlo como base para un número destacable de modelos.
A Alberto Contador en el pasado Tour de Francia le dieron una bici negra, y sufrió una caída que, a la larga, le hizo abandonar el Tour. Tras él decidió subirse a una bici plateada, con la que ganó este pasado agosto la Vuelta a Burgos. Pero hace algunas semanas le volvieron a dar, durante una etapa de la Vuelta a España, una bicicleta negra. Y se volvió a caer. De manera que dijo que ya no quería más bicicletas negras, que no las volvería a coger.
Yo he tenido bastantes bicis a lo largo de mi vida: azules, rojas, verdes, blancas... Curiosamente nunca tuve una negra, y la primera vez que la tuve fue cuando sufrí el accidente. No me había dado cuenta de ese detalle hasta que leí las declaraciones de Contador y aunque, repito, no soy supersticioso, cuando me deshice de la negra y compré la actual, negra y naranja, una de las cosas que hice fue quitarle parte de ese negro. Porque cuando la compré -sin darme cuenta, aunque no tenía más remedio pues no había ninguna otra alternativa de color- no me preocupaba en absoluto el color, en cierta forma me daba igual uno que otro.
Y es que el negro no es un color que me moleste, para nada, pero para vehículos (coches, motos, bicis...) mi predilección es, con mucho, el color blanco. En bicis, sin embargo, es un color que no sale mucho (antes sí, pero no ahora), me gusta mucho lo que hacían antes en Trek (no se si lo seguirán haciendo) que entre su gama de colores, que podía ser de lo más variopinta, cuando había modelos básicos de los que no ofrecían muchas opciones, siempre tenían al menos dos colores para elegir: el negro, o el blanco.
Entiendo que para una bici de carbono (que es negra por naturaleza) el negro predomine, entre otras cuestiones porque a muchos les gusta que se vea la fibra y así mostrar a todos que llevan un cuadro de ese material. Pero en el resto de bicis de MTB y cicloturismo en aluminio, o de BMX en cromoly, el color con el que se pinte es indiferente, y casi da igual uno que otro, así que no entiendo esa rara predilección de los fabricantes por el negro. Tal vez es que sea la pintura más barata, no lo sé.
Ciertamente a mí no me importa, pero interiormente me sentiré más a gusto cuando pueda subirme a una bici de color blanco o, al menos, de un color que no sea ni marrón, ni negro.
| Redacción: RevistaBici.blogspot.com