Cuando sufrí mi desafortunado accidente con la bici, llevaba mis fieles gafas Adidas, y una de las heridas más profundas que tuve fue debido precisamente a que una de las patillas "se clavó" en el lateral del ojo izquierdo (gracias a Dios no llegó a afectarme el ojo...) y aunque las gafas son de resina y con bordes romos, con el brutal impacto sí que cortan, ¡y vaya si cortan!
Así que además del casco integral, una de las cosas que tuve claras que debía renovar en mi equipamiento durante mis salidas en bicicleta son las gafas. Normalmente no les prestamos mayor atención, pero las gafas es un elemento vital que nos puede aguar una divertida salida en bici, convirtiendo lo que debería ser una agradable mañana (o tarde) en una procesión de visitas a médicos y hospitales. Y es que unas buenas gafas pueden convertir un accidente en una anécdota, y, al revés: unas malas gafas pueden "desgraciarnos" para toda la vida.
En lugar de acudir a una tienda de ciclismo, a unos grandes almacenes a por ellas o a una óptica, decidí ir a un sitio intermedio: una tienda especializada en productos de seguridad en el trabajo. Puede que no lo sepáis, pero muchos de los productos de trabajo están íntimamente ligados a deportes extremos. De hecho, el equipamiento de los miembros de los equipos de salvamento suele ser equipamiento de marcas que fabrican ropa y protecciones para el trabajo, y no acuden a tiendas de deporte (que además de no contar con determinados productos, los que tienen son más caros porque priman ante todo la imagen y la estética, además que también pagas la marca, claro).
Tras consultar varias tiendas -tengo que decir que muchas de las tiendas en este tipo de equipaciones no suelen estar muy surtidas, y muchos de sus artículos tienen que pedirlos al fabricante- dí con una donde un amable señor me atendió de mil amores y empezó a sacar cajas y cajas de gafas de todo tipo, incluso no tuvo inconveniente alguno en acceder a sacar y abrir gafas nuevas de sus embalajes cerrados de fábrica. Os preguntaréis por qué no elegí una tienda online. Pues precisamente por eso: porque en una tienda física no solamente puedes tocar y "catar" el producto en vivo y su calidad, sino que te las puedes probar, algo esencial para mí en cuestión de gafas, ya que tengo una frente estrecha y muchas de las gafas de trabajo (que suelen ir en medida estándar, aunque cada vez más fabricantes poseen modelos con varillas y frentes ajustables) me quedan flojas, o exageradamente grandes.
Lo que buscaba era un modelo deportivo, unas gafas que pudiera usar en bici "sin dar el cante" porque ya sabéis que muchos de estos elementos se ven a leguas que son gafas de seguridad. Pregunté en especial por una de las marcas de gafas más famosas, renombradas y de calidad del mercado: la firma Pegaso (que es una firma española). El encargado de la tienda me dijo que imposible, que de Pegaso estaban totalmente agotadas. De hecho las que tenía en un expositor se le habían "volado" casi todas. Parece ser que este tipo de gafas tienen un éxito tremendo no solo entre trabajadores que las necesitan, sino, como veis, en actividades deportivas y de riesgo. Tras revolver cajas y más cajas por fin me presentó algunos de los últimos modelos que le quedaban de Pegaso, y elegí una de ellas que me parecían las más equilibradas entre calidad-precio y, por supuesto, las que más me gustaron. Y es que su combinación de montura transparente (no son espejadas) con partes en rojo me encantan.
Además, otra de las características que buscaba eran unas gafas con unas lentes sin mucho ahumado, porque en algunas de mis salidas en bicicleta a veces me sorprendía la niebla, y era una tortura conducir con gafas oscuras (y un peligro, por supuesto). El modelo que elegí, además de todo ello, tiene cristales reforzados (es la versión con seguridad para la detención de impactos más elevada que hay en el mercado, y eso es importante porque en bici puede irte a los ojos "de todo", y vale más prevenir que curar), por supuesto también cuenta con filtro UV (ultravioleta), tienen tecnología anti-empañamiento y, además, posee un recubrimiento de espuma (foam) en la parte posterior para que, si recibes un golpe, se amortigüe antes de llegar a tu cara. Ese recubrimiento puede retirársele en caso necesario, quedando entonces unas gafas más "normales" (pero menos protectoras, claro).
Ha sido una inversión de dinero más elevada de lo que quería gastar, pero si cumplen su papel y lo que prometen creo que merece la pena. La gafa se nota que es de calidad, nada de esas gafas de protección que parecen "de los chinos" con plástico que se dobla nada más mirarlo, sino que son deportivas "de verdad", ajustan perfectamente al contorno de la cara y tienen detalles (como patillas perforadas para ponerles una cinta y evitar que caigan) muy de agradecer. El embalaje es también muy conseguido, con amplia información sobre su cometido, y además el fabricante incluye una bolsa de transporte.
El único punto negativo que no me ha gustado es que en las indicaciones de las gafas dan una vida útil de dos años "estando bien cuidadas". No me gusta que los fabricantes pongan fecha de caducidad a sus productos, más aún cuando son productos que no son precisamente baratos -o, al menos, no tan baratos como otras marcas "del montón"-, pero supongo que eso irá indicado para un uso constante de una jornada de trabajo de ocho horas cada día, 30 días al mes. Como no suelo salir tanto en bici, espero que me duren bastante más que esos dos años. Por la construcción, las gafas son bastante robustas, tienen un grosor considerable y son muy sólidas. Eso sí, supongo que la goma se irá desgastando (y decolorando) con el uso, pero es el precio que hay que pagar porque su papel es el de evitar que, con el sudor, la cubierta plástica se deslice (las de Adidas que tengo ya las compré sin esa zona de goma en las varillas, y cuando la piel suda es cierto que tienden a veces a deslizarse).
Me ha gustado el detalle de incluir una pequeña guía en la caja, y, en dicha guía, poner diferentes usos para los que pueden ir destinadas las gafas -y en este caso se incluye también el MTB, además-. Es de agradecer que en Pegaso hayan tenido el detalle de explicar tan fácil y rápidamente los diversos usos que estas gafas pueden tener, y no solamente el ambiente laboral (que también, claro). Además, para ser gafas de seguridad, y gracias al uso de las resinas y el foam, son sumamente ligeras, lo que no debe dejar de tenerse en cuenta en un mundo -el de la bicicleta- donde cada gramo importa.
En resumen, que son un buen producto, de una firma española de prestigio (por cierto, el nombre de Pegaso es debido a que son gafas de Pegaso, se fabricaban originalmente para proteger a los trabajadores de la mítica fábrica española de camiones, los Pegaso) y, además, con una estética espectacular. Solamente espero no tener que ponerlas a prueba nunca.