En el proceso de restauración (más bien un proyecto de reparación, sería conveniente decir) de mi bici, esta pasada semana me tocó enfrentarme con el eje pedalier. En realidad el eje es una pieza que no se la suele tener muy en cuenta en cualquier labor de mantenimiento, a pesar de la gran importancia que tiene no solo en la comodidad de marcha, sino también en el ahorro de energía y esfuerzo que supone tener un eje que gire ágilmente y con soltura.
El de mi bici vieja no era así. Estaba totalmente agarrotado, y giraba renqueantemente, con mucha dificultad.
Desde hace ya bastantes años se ha ido imponiendo la moda de ponerles a las bicicletas ejes estancos, "sin mantenimiento". La gente -ignorando sus desventajas- curiosamente los defiende a ultranza porque piensan que ese tipo de ejes es colocarlos y olvidarse de él. Supuestamente no tienen mantenimiento alguno. Por desgracia eso no significa que el eje esté libre de problemas, la única diferencia es que, cuando el aceite envejezca, se llene de birutas o se agarrote, la única solución que tendrás será cambiarlo y sustituirlo por uno nuevo.
En los ejes antiguos no ocurría eso: lo extraías, lo despiezabas, y tras limpiarlo lo volvías a engrasar y listo, volvías a tener un eje como nuevo. El mayor problema que podrías tener era que tuvieras que sustituirle alguno de los rodamientos por desgaste, pero eso no era ningún contratiempo: por quince céntimos podías hacerte con nuevos rodamientos. Un precio muy lejos de los 30 o 40 euros que tienes que pagar por un eje sellado nuevo.
Claro que los defensores de ese tipo de ejes, los sellados, aducen que su durabilidad es muchísimo más alta que la de un eje clásico y tradicional. Pero eso es también discutible: a no ser que tu bicicleta viva en el barro no le sacarás demasiado provecho a ello. Además, los ejes convencionales y reparables también duran una barbaridad: el de mi primera MTB llegó a los cinco mil kilómetros hasta empezar a dar muestras de fatiga. Me gustaría ver uno sellado durando tanto.
De modo que cuando me puse con el eje de mi bici recé para que fuera convencional, y no de tipo sellado. Dado la costumbre de los fabricantes de ponerles a las bicicletas los componentes más de moda -fabricados a granel en China y a precios de risa-, me temí lo peor. Y en efecto: los "desastres" de BH le habían colocado uno de tipo sellado.
En uno tradicional lo desarmas, le extraes los rodamientos y puedes volver a montarlo e instalarlo en la bicicleta. En los sellados eso es imposible. Lo intenté pero aparte de requerir herramientas de montaje y desmontaje especiales (supongo que solamente disponibles en el propio fabricante) los retenes de los rodamientos estaban compuestos por una débil pieza de aluminio que "enjaulaba" el anillo, muy frágil, y que extrayéndola -lo intenté- se dañaría, dejando el eje inservible.
Así que lo único que pude hacer fue limpiarlo, y luego guardarlo por si podría serme útil para alguna urgencia (por ejemplo, los sellos de goma).
Es una pena cómo está cambiando la filosofía del mundo de la bicicleta. Antes eran pocas las herramientas para su reparación, pero ahora con componentes especiales (como ejes Octalink y mil mongoladas más) están obligando a que reparar una bici sea solo cosa de determinados establecimientos, lo cual va en contra de la filosofía misma de la bicicleta.
De modo que el eje pedalier se añade a una larga lista de partes de mi bici a reponer.. cuando tenga dinero. Eso sí, cuando pueda intentaré buscarle y ponerle un eje tradicional, nada de milongas de sellados. Así podré realizar el mantenimiento yo mismo y, si llega el caso, repararlo sin tener que verme obligado a sustituirlo por otro nuevo.
| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com